sábado, 8 de mayo de 2010

Mi confrontación con la docencia

Mi confrontación con la docencia

Soy licenciada en pedagogía y la decisión de estudiar esta profesión tiene que ver, en gran parte, con mi experiencia como estudiante. Cuando cursé el Nivel Medio Superior, me desconcertó la forma de enseñar de algunos maestros, de este sentir surgió mi inquietud por la docencia, creía que podían existir otras formas de hacer las clases menos tediosas. Poco antes de concluir este nivel educativo, acudí al servicio de orientación educativa, revisé los trípticos de diversas carreras profesionales y me identifiqué con el plan de estudios de la licenciatura en pedagogía.

En el octavo semestre de la licenciatura me incliné por el área de didáctica laboral, ya que mi propósito era ejercer en el área de capacitación, pero al egresar se presentó la oportunidad de trabajar en un Centro de Estudios Tecnológicos industrial y de servicios (CETis), y lo vi como una opción de trabajo que me daba las facilidades de tiempo para titularme. A la fecha tengo 15 años de servicio en el ámbito educativo y aunque gran parte de mi actividad la he desarrollado en el área académico-administrativa, también me he desempeñado como docente frente a grupo y esta tarea me resulta la más gratificante.

Para mí, ser docente de Educación Media Superior, representa un enorme compromiso con los jóvenes porque en esta etapa, la mayoría define su proyecto de vida. Algunos culminan sus estudios para continuar con la Educación Superior, pero otros se incorporan al sector laboral y los conocimientos, habilidades, valores, actitudes y destrezas que desarrollen en este nivel son determinantes en su vida futura. Las satisfacciones son muchas, cuando con el paso de los años, sabes que concluyeron una carrera o bien, ejercen la especialidad que cursaron. Además la convivencia con ellos, me hace más humana y me da la posibilidad de orientarlos.

Me gustaría expresar que si bien, con el perfil pedagógico, se tienen más referentes teóricos para desempeñar la práctica docente, la realidad es que en el trabajo cotidiano con los estudiantes, las situaciones son complejas y en muchas ocasiones, no hay respuestas. Los saberes pedagógicos no operan como una "varita mágica", se requiere además de conocimientos un compromiso con la docencia y en ese sentido, con formación docente o sin ella, resulta indispensable replantear nuestra práctica de manera permanente, actualizando nuestros conocimientos y competencias docentes; ya que la docencia es una profesión y como toda profesión, requiere de la constante actualización porque siempre hay algo nuevo que aprender.

Finalmente, la docencia es un quehacer que encierra en mismo, el fin de la educación: Formar personas autónomas, libres y responsables que logren su realización plena a nivel individual y social, lo que representa un enorme reto para quiénes realizamos esta práctica.


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